Caracterizadas por una superficie perfectamente lisa, garantizan una limpieza rápida, fácil y en pocos minutos, sin el uso de detergentes agresivos. El espesor del plano, equivalente a 60/10 y la precisión en la regulación de la temperatura, permiten trabajar con toda seguridad. Las cocinas de vitrocerámica alcanzan en pocos segundos los 500°C y están dotadas un indicador luminoso colocado en el plano, que indica la presencia de calor residual hasta 60°C. En las cocinas por inducción, el ahorro energético es asegurado por el alcance inmediato de la máxima temperatura dentro de los recipientes de cocción incluso manteniendo el plano completamente frío.
La elevada eficiencia energética es dada por la ausencia de dispersión térmica y por consumos reducidos de más del 30%.